Hasta los 18 años, edad en la que me independicé, no tuve ninguna mascota. 

Mi madre, no quería ningún animal en casa. Tenía una casi obsesión por la limpieza y las mascotas ensucian. Es inevitable.

Lo único que conseguimos tener fue un canario que tuvo una vida larga y longeva, porque, a pesar de no querer animales en casa, les tenía cariño. La prueba es que, cuando yo tuve perros, siempre les guardaba los huesos del caldo.

Mi padre adoraba los animales, pero ya se sabe que donde manda patrón no manda marinero. Así que se conformaba con disfrutar como un loco con los míos cuando venían a casa.

En cuanto tuve casa propia llené la casa de animales. Era una casa con jardín y me lo podía permitir.

Por alguna razón (yo creo que porque los animales saben a quien arrimarse) me encontraba continuamente perros y gatos abandonados que me seguían y ya no se separaban de mí.

Tengo montones de anécdotas que te contaré.

Pronto tuve niños y, claro, salieron igual que yo.

Bicho que encontraban por ahí, bicho que acababa en casa.

Y cuando digo bichos (cariñosamente), es que me han traído de todo: lagartos, culebras, erizos, cobayas, gatitos recien nacidos recogidos de papeleras y contenedores de basura, etc. etc. Ya te lo puedes imaginar.

En casa, cualquier animal era bien acogido. Les hemos curado de todo y los hemos tratado como parte de la familia. 

Y nunca hemos necesitado de ninguna ley que nos dijera lo que podíamos hacer o no. Porque cuando uno ama a los animales, solo hace falta sentido común. 

Esta Ley me indigna porque mete en el mismo saco a los salvajes que les maltratan como a los que los adoramos y los tratamos bien.

Desde que salió esta m…da de Ley no se ha demostrado que hayan disminuído los desalmados. Sin embargo, si nos impide a los amantes de los animales ayudar a los que lo necesitan

La voy a criticar mucho, ya lo advierto. Creo que detrás de eso solo hay un ánimo recaudatorio.

Esa es una de las razones por las que hago este blog. Para que todos tengamos claro como funciona.

La otra razón es que con casi 40 años teniendo animalitos en casa, creo tener una cierta experiencia en su comportamiento y en su forma de comunicarse y estoy hasta las narices de leer artículos, refritos (que se copian unos a otros) diciendo unas tonterías que no tienen ni pies ni cabeza. 

Nuestros amigos (que a mi eso de las mascotas me parece denigrante y lo pongo porque es una palabra clave y si no la pongo no posiciono) se merecen algo más que las tonterías que se dicen por internet, que las chorradas a las que nos obliga la Ley del bienestar animal que tiene de bienestar lo que yo de cura.

Lo mismo no me lee nadie porque la censura es la censura, pero si me lees y te sirve para desahogarte conmigo y para entender algunas cosillas que hacen nuestros amigos peludos, ya estoy contenta.

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