Los gatitos suaves y peluditos dejan unos pelos que parece que tienen imán, se pegan a cualquier sitio o ropa.
Y ¿qué decir de los perros?
Si tienen el pelo corto, tú te crees que sueltan menos. Ni en tus mejores sueños. Lo que pasa es que se ven menos, pero están ahí.
Los míos que soy un pastor de pelo largo mezclado con lobo son como púas que meten en cualquier parte y no hay aspiradora que los quite. Y los de mi hermana adoptiva que es un pastor alemán clásico no se quedan atrás.
Mi mamá humana estaba resignada a pegarse unos palizones de miedo para quitar nuestros pelos de las alfombras y cualquier otra cosa, sin llegar jamás a estar satisfecha.
Hasta que descubrió lo que te voy a dejar aquí debajo en este link.
Desde entonces, me puedo sacudir lo que quiera y dejar volar mis pelos sin arrepentimiento porque sé que ella lo tiene fácil.